Desde el ladrillo de adobe, barro y paja, o de las retorcidas “vigas” de madera natural directa del bosque a casa, los materiales de construcción y las soluciones que ha encontrado el humano para resguardarse de los imprevistos del clima, para proteger a los suyos, y para crear su hogar al cobijo de estructuras variopintas; no ha dejado de evolucionar a lo largo de los siglos. Y por supuesto, a condicionar la arquitectura de cada momento, la vida de sus habitantes y el entorno más próximo.
En la actualidad, algunas de las mentes más brillantes del mundo continúan trabajando en la misma línea, buscando soluciones innovadoras para la construcción, desarrollo de proyectos, durabilidad y habitabilidad; además de sostenibles a nivel económico y ecológico en muchos casos. Y el gran reto reside en los nuevos conceptos de grandes ciudades y de estructuras para la promoción inmobiliaria, la industria, la sanidad y el turismo; entre otros sectores destacables que requieren altas dosis de innovación en arquitectura para la economía, modernización y la sostenibilidad. A continuación os hablamos de algunos de los materiales más innovadores del presente, con posibles aplicaciones generalizadas en un futuro no muy lejano.
Los materiales de construcción más innovadores del momento
Materiales reciclados e impresoras 3D para la construcción de viviendas, edificios e infraestructuras
Si bien los materiales reciclados no son la opción más fiable para algunos expertos, la construcción de casas con mega-impresoras 3D basadas en reciclados es ya una realidad. Y una extraordinaria solución para un futuro más sostenible. Son sistemas que combinan las diferentes tecnologías de las impresoras 3D con robots automatizados, y todo controlado por computadoras y software muy específico. La diversidad y cantidad de materiales desechados por el humano cada día, y los sistemas de impresión 3D que se están desarrollando, tienen ya capacidad para ahorrar hasta un 60-80% en costes, materiales y tiempo de construcción. Buen ejemplo de ello son los proyectos de la DFAB House en Alemania, una casa construida 100% con impresoras 3D y autómatas, o el hotel de lujo De Slaapfabriek en Holanda, que construirá un moderno centro de conferencias con sistemas de impresión 3D y con materiales reciclados en su totalidad. Un gran edificio de una sola pieza, sin huella ecológica, y con una duración de obra de sólo 10 días.
No obstante, la proyección de los materiales reciclados para la construcción no requiere necesariamente de la impresión 3D. Buena muestra de ello es la aplicación de bioplásticos para la creación de bloques que sustituyen al ladrillo y otros componentes comunes en muros y estructuras. También se está desarrollando su aplicación en la fabricación de muebles. Se produce mediante la compresión de estos plásticos en moldes, y ofrecen una extraordinaria resistencia, aislamiento térmico y acústico, adaptabilidad a las diferentes necesidades, y todo esto sin apenas impacto medioambiental y sin componentes perjudiciales para la salud. Y de los bloques de bioplásticos, las tejas sintéticas de plástico reciclado y caliza, o pintura con grafeno, a ideas más inverosímiles, como los ladrillos fabricados con colillas de cigarros que ha desarrollado la Universidad RMIT en Australia, ligeros, económicos y de alta eficiencia. La búsqueda de soluciones que sustituyen a materiales tradicionales, basadas en el reciclaje, no deja de proponernos alternativas interesantes y, muchas de ellas, bastante realistas para un futuro no muy lejano.
Materiales clásicos con mejoras de innovación para la sostenibilidad económica, ecológica y energética.
La ciencia y la investigación no deja atrás materiales y formatos de uso común en nuestras viviendas e infraestructuras, implementándoles mejoras para muy diferentes objetivos. Tejas fotovoltaicas con células de silicio en su interior para transformar la luz solar en electricidad. Bio-hormigón con esporas vivas y cápsulas de agua que reparan automáticamente las grietas que van surgiendo con el paso del tiempo. Pinturas con estructuras de grafeno que aumentan notablemente su resistencia, flexibilidad y durabilidad. Ladrillos con hidrogel que almacenan humedad ambiental y se autoregulan para enfriar el edificio cuando suben las temperaturas. Ladrillos que absorben agentes contaminantes del aire y lo purifican en buena medida, y que además de su valor ecológico, son muy interesantes para los sistemas de ventilación de edificios. Pintura solar que genera energía hasta en días con baja luminosidad. Ventanas inteligentes que autoregulan la entrada de luz y calor en el edificio, también con la opción de controlarlo desde el móvil, contando además con células solares que le permiten autoabastecerse de la energía que necesitan para funcionar. Paneles de madera contralaminada con fibras y composites. El denominado cemento programable, con alta resistencia al agua y a otros elementos. O el cemento fosforescente que absorbe la luz del día y se retroilumina durante la noche, muy interesante para la iluminación de vías públicas entre otras aplicaciones factibles y sostenibles.
Un ejemplo espectacular de combinación entre tecnología, innovación y materiales de construcción clásicos son sin duda los desarrollados a partir de la madera tradicional. La madera translúcida desarrollada en Estocolmo, que se fabrica a escala nanométrica desde maderas comunes, es un excelente material que deja pasar la luz, y aplicable a ventanas, puertas, paneles solares… con un coste inferior al de otros materiales usados en la actualidad. O la super madera, más resistente que el acero y mucho más ligera, a base de cocción con químicos y compresión. Además, decenas de veces más fuerte y aislante que materiales actuales usados para tal fin.
Incluso en los procesos de fabricación de materiales y formatos clásicos también infiere la innovación, planteando métodos alternativos más sostenibles y económicos. Ladrillos Durabric que se fabrican por compresión, sin cocción, o los ladrillos Biomason, fabricados con microorganismos y a temperatura ambiente; con el importante ahorro que conlleva a nivel de costes y de impacto medioambiental.
Nuevos materiales revolucionarios para usos específicos
Además de los mencionados anteriormente, existen una gran variedad de investigaciones sobre nuevos materiales que prometen ser de aplicación generalizada en un futuro próximo. Resinas autoreparables en cuestión de segundos y con memoria, que les permiten sellar grietas volviendo a su forma inicial. Paneles fotovoltaicos Cromatic para el revestimiento de fachadas, estéticos y eficientes. Varillas de Cabkoma Strand Rod altamente eficaces ante terremotos. O el innovador Mycoform para muebles y estructuras, fabricados con astillas de madera, yeso, avena y hongos; que dotan al material de fuerza, resistencia, flexibilidad para su aplicación, así como un mínimo consumo energético y bajo perfil tecnológico para su producción. Y por si no fuera suficiente, no dejan residuos ya que se descomponen completamente al desecharlos tras su vida útil.
Sostenibilidad medioambiental, economía, energía, capacidades mejoradas, solución de problemas, nuevos retos… los motivos son de lo más variado, pero lo cierto es que la humanidad continua su camino hacia soluciones innovadoras en materiales de construcción, su interacción con el entorno, y con nosotros mismos. Y ahora, más intensa y apasionadamente que nunca.