A lo largo de la historia en Sevilla han aparecido nuevos negocios y empresas y han desaparecido otros, dejando tras de sí una huella que muchas personas recuerdan con nostalgia. Uno de ellos es la antigua confitería Filella, ubicada en el imponente edificio que abre de la avenida de la Constitución desde la Plaza Nueva.
El torno al año 1935 abría esta confitería en la calle San Jacinto, en Triana, y tomaría el apellido de la familia que lo regentó. El éxito le llevó a abrir un segunda pastelería en el emblemático edificio de La Adriática y fue tan famoso que acabó dándole nombre al bloque, al que muchos siguen llamando «el edificio Filella». Cuando estaba en funcionamiento, era especialmente famosa por abarrotar de dulces sus escaparates, que se llenaban de compradores y curiosos especialmente en Cuaresma; destacaban las torrijas, los pestiños, sus nazarenos de caramelos y los roscones de Reyes.
El fin de una era
El 5 de abril de 2014 y después de décadas endulzando el paladar de los sevillanos, Filella cerraba sus dos cafeterías tras la muerte de su última dueña, sin que su familia se pronunciara mucho al respecto. En ese mismo año el local era adquirido por un empresario de Huelva. La renta mensual que se pagaba por aquel entonces oscilaba entre los 9.000 y los 11.000 euros.
El edificio se construyó entre los años 1914 y 1922 y su arquitecto fue José Espiau y Muñoz, quien recibió el encargo con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y el ensanche de dicha avenida. Su diseño combina elementos de ascendencia islámica con otros de estilo plateresco y regionalistas. Allí se instauró la entonces conocida compañía de seguros ‘La Adriática’, que le daría nombre al edificio, aunque en la actualidad muchos lo conocen por el nombre de la pastelería.
Una de las partes que más llama la atención de su fachada es su cúpula, que fue derribada a finales de los años 70, pero que se recuperó fielmente en 2003 a iniciativa de la empresa Renta Antigua López-Brea, dueña actual del edificio.
En la actualidad este edifico conforma una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad, acapara todas las miradas de los viandantes cuando pasan a su lado y, Grupo ABU tiene la suerte y el privilegio de albergar en él sus oficinas centrales, desde donde realiza sus nuevos proyectos urbanísticos a la vez que cuida y mima el patrimonio sevillano.
