La CEO de la promotora andaluza advierte de la falta de mano de obra acuciante y la necesidad de extender la formación para estos oficios
Rosa Villaseca lleva 18 años en el negocio de la promoción inmobiliaria y ha vivido ya los dos grandes boom de la construcción, el de la burbuja, que coincidió con sus comienzos en el sector, y el actual, que todavía sigue lejos de tocar techo. A la nueva CEO de Grupo ABU no la delata el acento. Andaluza de nacimiento, pero criada entre Aragón y Burgos, se ha impregnado de lo mejor de cada territorio. Vivió la última parte de su adolescencia en Sevilla, donde actualmente reside su familia, pero lleva casi dos décadas en Málaga donde tiene su hogar. Ahora estará a caballo entre las dos ciudades tras asumir la gestión de una de las compañías andaluzas que más ha crecido este año. Rosa Villaseca se pone al frente de la gestión en una nueva etapa expansiva, codo a codo con el fundador Jesús Vera.
– Asume la responsabilidad en un momento de crecimiento acelerado de la compañía. ¿Cuál será el siguiente reto?
– Bueno, yo lo definiría más como un crecimiento sostenido. Estamos haciendo muchas cosas en España, ya llevamos un tiempo en Madrid y el País Vasco, y el siguiente destino será el Levante, donde esperamos poder dar pronto una buena noticia. Vamos a trabajar concretamente en Valencia que es una ciudad muy dinámica con un mercado fantástico, muy parecido a Málaga. También está atrayendo muchísimos vecinos nuevos, vecinos de fuera que vienen a trabajar. Son los nómadas digitales, que es un término que a mí no me gusta, pero que es una realidad.
– ¿Van a seguir en el negocio de la promoción residencial o con este salto al Levante entrarán en el segmento turístico?
– Puede ser que desarrollemos algún proyecto turístico, pero también hay que cuidar el lugar porque es un segmento en el que está cambiando continuamente la normativa y a nosotros los riesgos no nos gustan. Ahora mismo sabemos que que hay mucho apetito por edificios de uso exclusivo residencial, living, hoteleros. El hotelero no es nuestro campo preferente ahora mismo, pero es verdad que el residencial de uso turístico sí lo estamos explorando.
«Nuestro siguiente reto será el Levante, concretamente la ciudad de Valencia que es muy dinámica y tiene un mercado fantástico»
– ¿Y cruzar la frontera? ¿Han detectado alguna oportunidad en Portugal o Francia?
– Hay algunas ubicaciones que son bastante atractivas y alguna oportunidad nos ha llegado incluso al otro lado del océano. Pero, de momento, estamos cómodos en España, aunque alguna cosa estamos estamos viendo.
– ¿Cuántas viviendas tienen actualmente en carga?
Ahora mismo tenemos alrededor de 2.000 viviendas en carga entre nuevos desarrollos que estamos terminando la tramitación urbanística y las que estamos construyendo. Estas viviendas se van a entregar entre 2025 y 2030 más o menos, pero mientras tanto siguen entrando muchas más. De hecho, esperamos terminar el año con una cifra mayor a esa. Son proyectos que también anunciaremos pronto…
– ¿Hay capacidad para cumplir con unos objetivos de construcción y entrega tan exigentes?
– Pues tenemos un problema con la mano de obra que en otros ciclos no se ha dado o al menos no de esa manera. En 2006 y 2007 había mucha gente dedicada a este trabajo porque se unían dos cosas: era un sector atractivo con buenos salarios había muchas personas que tradicionalmente se había dedicado a ese oficio. Pero casi veinte años después vemos que todos esos trabajadores son mayores y no ha habido una renovación. Hoy un encargado de obra es un profesional súper valioso, porque su función es vital.
– ¿No encuentran en el mercado laboral profesionales cualificados?
-Cuesta mucho. Durante la crisis económica los más jóvenes fueron salieron del sector y dedicándose a otras actividades y los mayores ahora se están jubilando. No ha habido ese relevo generacional. Nos hemos encontrado con un déficit muy grande y vamos a tener un problema dentro de cinco años, porque al final todos los que están en activo ahora con una cierta edad, también van a jubilarse. No vamos a encontrar a profesionales cualificados para todo el trabajo.
«Tenemos en la mente que la construcción es un sector duro y es verdad, pero también está muy regulado y reporta bueno salarios»
– ¿Cómo se puede solventar esa carencia antes de que sea tarde?
– Si yo fuera un gestor público daría mucho impulso a la formación de jóvenes en la construcción, porque realmente las condiciones laborales han cambiado mucho. Tenemos en la cabeza que la construcción es un un sector duro, que lo es, pero la regulación es grande, entonces es un oficio que reporta unos salarios muy buenos, que tienen unos horarios muy controlados y que merece la pena apostar por ello, porque tenemos mucho por delante que hacer y realmente se solucionaría gran parte del desempleo en el sector.