Hasta hace poco el principal ‘extra’ en una vivienda en Cádiz era poder disfrutar del ático. Después llegaron las piscinas y ahora las zonas verdes
La marcha durante décadas de miles de gaditanos a otras localidades del entorno de la Bahía se justificó por el alto coste de la vivienda en la capital, pero también por la necesidad del vecino de la capital de contar con un espacio al aire libre como complemento de la casa. De ahí que los unifamiliares de Puerto Real tengan adn gaditano al igual que un elevado porcentaje de los pequeños chalés de Chiclana.
Ahora, en plena ebullición por volver a residir en la capital o con posibilidades de cambiar a una mejor casa en la misma ciudad por los ahorros acumulados, Cádiz se ha llenado de promociones de nueva planta que ofrecen una serie de “extras” que, a falta de espacio, nos acerca al sueño de tener una chalé en esta pequeña isla sin apenas ya suelo libre.
El primer extra llegó con la instalación en algunas azoteas de piscinas comunitarias e incluso con posibilidades de uso por un único propietario. Un equipamiento cuya llegada a la ciudad ha ido parejo al redescubrimiento de las azoteas gaditanas y a la proliferación de los áticos, como uno de los lujos residenciales en la capital.