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Torre ABU T20 con 20 plantas de altura, será el edificio residencial más alto de la ciudad
Cuenta atrás para el rascacielos de Cádiz
Sonia Mora. Sevilla – Expansión
A las afueras del casco antiguo de Cádiz, más allá de Puerta Tierra, se proyecta el que va a ser el edificio residencial más alto de la ciudad: la Torre ABU T20, un imponente inmueble de veinte plantas cuyas dosis de diseño e innovación no tienen equivalente en el mercado inmobiliario gaditano. Su ubicación y su altura se alían para que los futuros propietarios de sus 97 viviendas puedan disfrutar desde su roof top de una vista panorámica de 360º de toda la bahía, la costa atlántica o el casco histórico, con la silueta de la Catedral de fondo.
“Acometer un proyecto de esta singularidad representa un nuevo desafío en el que volcaremos, como hacemos siempre, todos nuestros recursos, a la que vez que representa un compromiso muy importante con la capital gaditana. Nos enorgullece poder aportar nuestra seña de identidad a una ciudad inigualable que ha sabido valorar la ilusión y el esfuerzo que estamos poniendo en todas nuestras promociones y nos ha acogido con entusiasmo”, asegura para EXPANSIÓN Jesús Vera, presidente de Grupo ABU.
Con una inversión prevista de 38 millones de euros, la promotora sevillana tramita actualmente la licencia de obras, que confía en tener concedida a finales de este verano para poder iniciar los trabajos. Una vez en marcha la construcción, el objetivo de la compañía es concluirla en un máximo de 30 meses.
El inmueble, coronado por una gran terraza con una amplia zona chill-out y una piscina comunitaria con solárium, albergará asimismo en su interior un gimnasio privado al aire libre y un área de coworking, concebida como un espacio innovador y de alta conectividad, especialmente diseñado para atender las necesidades de teletrabajo de muchos ciudadanos. Se completará con locales comerciales a pie de calle y aparcamiento subterráneo, además de otras zonas comunes.
Estará conformado por exclusivos pisos y áticos de dos y cuatro dormitorios, con interiores personalizados en multitud de elementos, desde solerías y revestimientos hasta acabados, para crear hogares a medida. Todas sus fachadas tienen terrazas en esquina con el máximo vuelo permitido. “Una vez más apostamos por la excelencia arquitectónica y por proyectos que redunden siempre en una mejora de las ciudades y los entornos en los que desembarcamos”, añade Vera.
Materiales de tonos claros ayudarán a reflejar la excepcional luz de Cádiz, auténtico referente de un inmueble que también se mira en las históricas Torres-Miradores de la Tacita de Plata, cuyas líneas de cornisas, azoteas y estudiados remates de coronación sirvieron de inspiración para su diseño final. Igualmente, formas circulares que parecieran casquetes seccionados, invertidos y descompuestos de la cúpula de la Catedral, elevados estratégicamente en sus esquinas, rinden homenaje a dicho monumento y ayudan a configurar un remate panorámico, donde el reflejo de los claroscuros potencia la luz gaditana mediante pérgolas curvas de tonos cálidos, en un guiño a lo construido siglos atrás.
Los terrenos de los antiguos Depósitos de Tabacalera sobre los que se edificará la Torre, en la intersección entre las Avenidas Marconi y Sanidad Pública, serán escenario de un gran proyecto inmobiliario que acogerá, entre otras iniciativas, la Ciudad de la Justicia.
“Este desarrollo urbanístico supondrá para la ciudad notables beneficios que se materializarán en forma de nuevos equipamientos culturales, sanitarios, educacionales o de ocio. Nuestra intención es construir un edificio que no atienda exclusivamente a su fin habitacional, sino que se pueda considerar un emblema que se integre y aporte a la ciudad, y que constituya el mascarón de proa de la obra residencial existente hasta la fecha”, concluye Vera.
Pie de foto:
Un mirador excepcional hacia los cuatro puntos cardinales
Con una visión panorámica sobre todo su entorno, la Torre ABU se configura sobre un basamento de dos plantas de altura para usos comerciales que ocupa toda la parcela, sobre la que emerge la torre, cuyo remate panorámico está diseñado para ver y ser visto. Un lógico acercamiento a la sensibilidad ecológica actual ha llevado a sus diseñadores a entender la vegetación como un elemento más de la configuración formal del edificio, de modo que trepadoras verticales y jardines en altura parecen humanizarla y anclarla más al presente; todo un reto frente a los fuertes vientos gaditanos.
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