En la actualidad, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para muchos, y el sector inmobiliario no es la excepción. Las viviendas sostenibles están ganando terreno, ofreciendo soluciones innovadoras para climatizar los hogares que no solo benefician al medio ambiente, sino que también mejoran la calidad de vida de sus habitantes.
Sin duda, las viviendas sostenibles están diciendo adiós al gas para calentar los hogares, y cómo los sistemas eléctricos y la aerotermia están liderando esta transformación. El gas ha sido una de las principales fuentes de energía para la calefacción en los hogares. Sin embargo, su uso conlleva una serie de desventajas, como la emisión de gases de efecto invernadero y la dependencia de recursos no renovables. Con el aumento de la conciencia ambiental y las políticas de sostenibilidad, es hora de considerar alternativas más limpias y eficientes.
Sistemas eléctricos para calentar tu vivienda: eficiencia y sostenibilidad
Los sistemas eléctricos se están convirtiendo en una opción popular para la calefacción de viviendas. Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día existen calefactores eléctricos que son altamente eficientes y que pueden integrarse fácilmente en cualquier hogar. Estos sistemas no solo son más limpios, sino que también permiten un mayor control sobre el consumo energético, lo que se traduce en facturas más bajas y un menor impacto ambiental.
Además, al utilizar energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, como la solar o la eólica, se puede reducir significativamente la huella de carbono de una vivienda. Esto convierte a los sistemas eléctricos en una opción ideal para quienes buscan un hogar más sostenible.
Aerotermia: la energía del aire
La aerotermia es otra solución innovadora que está revolucionando la forma en que calentamos nuestros hogares. Este sistema utiliza la energía del aire exterior para calentar o enfriar el interior de la vivienda. A través de una bomba de calor, la aerotermia extrae calor del aire y lo transfiere al sistema de calefacción de la casa, lo que permite mantener una temperatura agradable durante todo el año.
Al utilizar una energía natural y renovable, contribuye en la mejora del medio ambiente reduciendo las emisiones de CO2 en un 70% y es cuatro veces más eficiente respecto a una caldera convencional.
¿Cómo funciona la aerotermia?
Este sistema está compuesto de dos unidades, la exterior y la interior. En primero lugar, la unidad exterior se trata de una bomba de calor de alto rendimiento instalada en el exterior de la vivienda, extrae la energía del aire ambiente, es parecida a la de un aire acondicionado, aunque de mayor tamaño. Por otro lado, está la unidad interior, que utiliza la energía del aire para calentar y almacenar el agua que luego se distribuye en grifos, radiadores y suelo radiante, para generar calefacción y agua caliente renovable en invierno. Además, en verano, puede generar agua fría para refrescar por suelo radiante o fancoils.
Ventajas de instalar aerotermia en tu hogar
Si bien es cierto que instalar un sistema de calefacción por aerotermia requiere un mayor desembolso inicial, el ahorro que supone su uso con respecto a otras tecnologías de climatización permite amortizar ese gasto en poco tiempo. Estas son las que señala Repsol en su apartado de sostenibilidad y climatización:
- Enorme eficiencia energética: hay sistemas que, para producir entre 3 y 5 kW de calor, solo requieren 1 kW de electricidad, lo que supone una reducción notable de la factura de la luz precisamente en una de las áreas que más consumen, como es la climatización.
- Gran versatilidad: además de para climatizar el hogar, el hecho de que permita obtener agua caliente sanitaria maximiza su utilidad y la convierte en una solución muy completa que se puede usar durante todo el año.
- Calidad del aire: al no precisar de combustión, no emite partículas de óxidos de nitrógeno (NOx) ni óxidos de azufre (SOx), lo cual redunda positivamente en la calidad del aire.
- Más sostenible: se vale del calor natural del aire, una fuente de energía renovable y abundante.
- Mantenimiento sencillo: la vida útil de los compresores es muy larga y su sustitución por parte de los técnicos es muy fácil.
- Seguridad: no requiere de depósitos que almacenen combustible, como las calderas convencionales, lo cual la hace mucho más segura.